Hemos dormido de maravilla, y es que el Corralón tiene tanto por descubrir, que los días son muy intensos y llenos de aventuras. Esta mañana hemos hecho una ruta en la que, siguiendo pistas, descubríamos muchas emociones, ha sido un taller muy motivador.
Lo estamos pasando genial, rodeados de todos nuestros amigos, profes y monitores que nos cuidan mucho.
No podía faltar nuestra comida favorita, ¡pasta! no os podéis imaginar que rico está todo aquí.
Después de un rato de juego en la pradera y nueva visita al huerto, hemos disfrutado de un taller de hojas en la naturaleza para aprender a distinguirlas y una manualidad.
La merienda nos ha dado fuerzas para ayudar al gnomo Manolo a recuperar parte de sus sentidos, que los había perdido.
Esta noche vamos a ver al «abuelo» que promete ser una velada mágica…