La Vía Lactea

Una aventura en el Corralón IV

Para aquellas criaturas que no lo conocieran, en cuanto entraban al reino de El Corralón quedaban invadidas y enamoradas de la magia que cada elemento del paisaje desprendía. Era un lugar mágico que, hasta a aquellos que llevasen milenios viviendo allí, pues os recuerdo que las criaturas mágicas pueden ser muy longevas, aún había cosas en el día a día que les sorprendía y les recordaba la gran belleza del lugar.
Algo muy bonito que emocionaba mucho y se esperaba con gran ansia era el momento en el que El Abuelo alargaba un poco su paseo diario y esperaba a que la luna le acompañase, reunía a todo el reino en La Gran Pradera y, sentados todos juntos, les respondía a las diversas preguntas que les surgían y les concedía algún que otro deseo que pudieran tener. ¡ES ALGO MÁGICO!
La verdad es que todas las aventuras que se viven en El Corralón son increíbles. Recuerdo una senda que hicimos todos los amigos del bosque en el que fuimos andando por un caminito de piedras y fuimos buscando en los ríos y manantiales de la zona a ver si podíamos ver algún que otro anfibio: un tritón, una rana, un renacuajo si teníamos mucha suerte, etc. La verdad que hizo mucho calor y el camino fue algo duro, pero fue una experiencia que jamás podremos olvidar.

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